Las tendencias para sensibilizar al consumo responsable en 2016

 

Te preguntarás: “¿Qué temáticas atraen para sensibilizar al consumo responsable?”. El último informe de Greenflex, referente en Francia, nos revela las grandes tendencias.

Frente a la globalización y al ritmo de vida que llevamos, hay una necesidad de ir a lo local, a lo personal, a la sencillez y de buscar un sentido en su vida.

¿ Ahora en qué sentido la crisis económica es responsable de aquellos cambios? Veremos cómo evolucionamos, pero, lo cierto, es que, a pesar de todo, la crisis acompañó unos cambios que promueven un consumo más responsable. ¡Una corriente de fondo que debemos mantener a la superficie!

Veamos cuales son aquellas grandes tendencias del informe Greenflex (en francés):

nota: Aunque este informe esté orientado al mercado francés, no dudo que sus conclusiones puedan servir en otros países como España.

 

Salud y bienestar:

Sigue el Top#1 de las preocupaciones. Que sea por el entorno urbano en el cual vivimos cada vez más, que de forma contradictoria no favorece tanto el encuentro con los demás, que nos bombardea de información y de tareas, generando estrés, pollución y accumulación.. etc.. buscamos nuestros espacios de bienestar, centrándonos en nosotros mismos y nuestro círculo familiar y amistoso.

De aquí el auge del “Do it yourself” que tiende a responder a esas necesidades: un espacio/tiempo para mi y mis amigos,volver a la lentitud, la concentración, la creatividad, el no gastar.

 

Ir a lo local:

Local, local, local… debo confesar que esta palabra me está obsesionando cada vez más. Sin duda, es clave para cambiar el modelo económico, luchar contra el cambio climático, para incentivar la democracia participativa.. la lista nunca acabaría.

Hay que preguntarse: ¿Y este producto/servicio, estaría producido en mi ciudad, mi región?

“think Global/Act local”, ya lo dice la marca Natura desde años (¡no tengo relación con ellos!). Entonces, tal como demostrado en el estudio, los consumidores toman cada vez más en cuenta el origen de los productos y el lugar de fabricación.

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Somos seres sociales:

La crisis ha dejado huellas, sin duda, aunque como seres contradictorios que somos no tenemos el mismo rango de preocupación social según, por ejemplo, si compramos productos alimentarios (como lo muestra el crecimiento del Bio) o ropa (el valor emocional de la compra compulsiva nos suele guiar a menudo, ¿verdad?!). Lo cierto es que damos más valor a la repartición económica entre los diferentes actores involucrados en nuestra compra (productor, distribuidor, comerciante), el impacto sobre el empleo y las condiciones de trabajo.

A esto, obviamente tenemos que añadir el enorme potencial de la economía colaborativa. Si compartimos e intercambiamos, no es solo por tema de precios reducidos sino que nos gusta socializar también.

La economía social y solidaria está en marcha para desde abajo cambiar el modelo dominante.

 

Reutilizar, no desperdiciar:

El éxito de los mercados de segunda mano lo demuestran, somos cada vez numerosos en pensar a darle segunda vida a los objetos.

Hay que preguntarse: “para qué voy a comprar nuevo si tengo un vecino que tiene lo mismo en buen estado y que no usa”

Ahora, lo interesante es ver que desde 2010, la curva “reducir mi consumo en general” no para de bajar. Es decir, estamos dispuestos a comprar de manera más responsable, pero cuesta privarse.

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Criterios sociales y medioambientales

Lo muestra la imagen anterior también, nos preocupa tener de forma clara y sencilla la información necesaria para garantizar una compra sostenible al nivel ambiental y social. Los sellos ecológicos tienen aún que llegar al gran público y disminuir en cantidad (la diversidad confunde). Pero, lo cierto, es que hay un claro valor añadido que aprovechar por parte de las empresas en facilitar aquellas informaciones. Recién, fue sorprendido de ver en la caja de un estufa la siguiente información:

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Conclusiones i ejes de mejora:

A la primera lectura, me extrañó la bajada de la curva como que la preocupación del planeta está disminuyendo en nuestras decisiones como consumidor, pero, al final, se entiende.. con esta tendencia a lo local y lo personal, la gente se desvincula de lo global. La gente se preocupa sobretodo por lo que le afecta de forma más directa, y por lo que puede comprobar de forma clara. La polución como preocupación principal lo demuestra.

Por lo tanto, hay tirar por esta corriente y mostrar claramente las consecuencias nefastas al nivel ambiental y social que la gente puede comprobar en su entorno cercano.

al nivel social, me pregunto: ¿Sería la señal de días mejores para las tiendas y los servicios de proximidad? Creo firmemente en esto. Lo muestra la constante bajada de confianza hacia las grandes empresas (solo el 26% confía en ellas).

En conclusión, el rumbo general nos da claros signos positivos. La necesidad de un modelo distinto está ya en la consciencia de muchas personas. Falta concretar más, poner fechas y responsabilizarse, como en cualquier proyecto. Como lo dice el titular del estudio: ¡“la ruptura viene de nosotros”!

 

Buen viaje!Tweet about this on TwitterShare on FacebookShare on Google+Share on LinkedInShare on TumblrPin on PinterestShare on StumbleUponBuffer this pageEmail this to someone

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